miércoles, 12 de agosto de 2015

Los niños pequeños y las NNTT

Hoy en día es muy frecuente que nos encontremos con la situación de estar cenando o almorzando en un restaurante y ver cómo una pareja joven (o no tan joven) dejan en manos de sus pequeños sus teléfonos inteligentes o tabletas para que se entretengan viendo videos o jugando. Y es que el resultado suele ser sorprendente, estos pequeños, que normalmente ya han terminado de comer, dejan de ser unos enanos saltarines y ruidosos alrededor de comensales adultos y se convierten en “abducidos digitales”, mudos y relajados espectadores de dibujos animados para tranquilidad y sosiego de padres y acompañantes que pueden tener una cena o almuerzo tranquilo y distendido. El grado de efectividad roza la brujería como diría un amigo, pero…¿realmente le estamos haciendo bien a nuestros hijos?

He de reconocer que cuando nuestro primer hijo tenía un par de años (ahora tiene cinco así que no hace tanto) mi mujer y yo caímos en la tentación de entretenerlo con nuestros móviles cuando estábamos en algún restaurante, simplemente no nos habíamos planteado la cuestión de si le haría bien o mal a nuestro hijo, lo hacíamos porque nos dejaba tranquilo y total era para ver los mismos dibujos que veía en casa en la tele. Sin embargo, por ese mismo periodo de tiempo empecé a preocuparme por el efecto de las NNTT (nuevas tecnologías) en los jóvenes, y no tan jóvenes. 

Que el uso de las NNTT, sobre todo del móvil, en los adolescentes supone un gran riesgo y motivo de preocupación para padres, educadores y psicólogos es algo de todos sabido. La adicción de éstos a las redes sociales, servicios de mensajería instantánea, juegos, y un largo etcétera va cada vez a más; y se traduce en problemas conductuales, incapacidades de relación social real, bajo rendimiento en el estudio, graves problemas de concentración,  ludopatía, entre otros muchos (quizás alguien pueda encontrarme exagerado o alarmista pero es cada vez más fácil encontrar estudios científicos y estadísticos que muestren todo esto como una realidad que además va en aumento y eso sin mencionar los problemas de ciberacoso sexual, suplantación de identidades, violencia y abuso de género a través del móvil  y de nuevo un largo etcétera que amenazan a nuestros jóvenes).

Ahora bien, con algo de razón me podríais argumentar que estamos hablando de cosas bien distintas, el que le de a mi hijo mi móvil para nos deje cenar tranquilos en un restaurante no quiere decir que lo vaya a convertir en un adicto al mismo. De hecho el móvil es mío y cuando considere que deba dejar de usarlo se lo quito y listo. Cierto. Pero no se trata tan sólo de un problema de adicción, el problema se plantea en que sin darnos cuenta, y en muchos casos, exponemos a nuestros pequeños demasiado tiempo a las pantallas digitales.

El cerebro de nuestros hijos pequeños está abriéndose al mundo, y el mundo virtual para ellos es sumamente atractivo: casi sin esfuerzo y con gran poder sugestivo les muestra un “mundo” sumamente atractivo y en cierto modo “manejable” para ellos, de manera fácil y rápida pueden acceder a lo que quieren, cuando quieren. 

“Abusar de las pantallas, en las que prácticamente todo ya se presenta elaborado o es susceptible de una confección artificial extremadamente sencilla para el chico, puede dificultar la implicación del niño en el mundo real, que es el lugar donde se desarrolla su más genuina creatividad. Es mejor que intente construir una casa con unos tacos de madera a que disfrute viendo cómo se forma –sin su intervención- en unos dibujos animados.”(Quiénes son nuestros hijos y qué esperan de nosotros. Bartolomé Menchén y Tomás Melendo. Ediciones Internacionales Universitarias. Madrid. 2013).

El efecto en el cerebro de nuestros pequeños del uso excesivo de las “pantallas digitales” puede ser bastante negativo;  para ellos es más fácil entretenerse con el móvil o la tableta que jugando con sus hermanos o amigos, o bien solos con algunos juegos “tradicionales” (lo que supone un esfuerzo inicial aunque luego el disfrute sea mucho mayor); e incluso en muchos casos para nosotros los padres es más cómodo “soltarles” el móvil para que nos dejen tranquilos que sentarnos con ellos a jugar o proponerlos otro tipo de distracción (las prisas y el estrés del trabajo y del día a día pueden hacernos caer con excesiva frecuencia en esta “tentación”). Sin embargo, las consecuencias de una u otra decisión pueden ser bien distintas en el desarrollo de sus funciones cognitivas y en el de su personalidad misma.

A todo esto cabría añadir que si moderamos, limitamos y reglamos el acceso y uso de las NNTT desde pequeños, llegada la adolescencia nos será mucho más sencillo tomar las riendas y el control del las mismas en nuestra familia; algo vital y que en ningún caso podemos dejar en manos de nuestros hijos. Si desde edades tempranas marcamos las pautas del uso de los distintos dispositivos tecnológicos y digitales ellos verán natural que seamos siempre nosotros los que vayamos marcando el ritmo de su incorporación a las NNTT, así como las normas de uso.

Todo esto me ha llevado a considerar que desde edades bien tempranas debemos limitar y restringir el acceso al mundo digital y a los dispositivos tecnológicos. Ello no implica en absoluto restringir totalmente el acceso de nuestros pequeños a las NNTT, cosa que además de contraproducente para ellos sería casi imposible para nosotros; pero sí frenar y regular el enorme atractivo que para nuestros hijos suponen estos dispositivos (la experiencia me dice que para nada es necesario motivar a nuestros hijos en el uso de las NNTT, ya vienen hipermotivados “de serie” para ello).

¿Cómo hacerlo? Pues en el mundo de las familias no hay recetas universales, cada matrimonio es soberano en su hogar; lo más importante es decidirse a hacer algo, podremos acertar más o menos (siempre podemos pedir consejo a alguien que conozcamos si no nos sentimos muy duchos en la materia), pero la inacción siempre es algo muy negativo. En nuestro caso concreto, mi mujer y yo decidimos que nuestros hijos (tenemos dos hijos de cinco y cuatro años con nosotros y una pequeña a punto de nacer) aún son pequeños para usar nuestros móviles en ninguna circunstancia, y que el uso de la tablet que tenemos en casa (una para todos) se restringiría a un horario concreto, a un tiempo limitado y siempre para usarla ambos en nuestra presencia. El resultado: que ellos han asumido perfectamente esas normas desde el principio y nunca nos piden que les dejemos el móvil en ningún momento o la tablet fuera de su horario, aunque vean que otros niños sí lo hacen; y que muchas tardes no pueda concentrarme en mi trabajo en casa porque sus alegres y ruidosas carcajadas cuando están jugando ellos solos en su cuarto con sus juguetes y sobre todo con los juegos y aventuras que se inventan no me dejan hacerlo, carcajadas de tal nivel que por cierto nunca oigo cuando están delante de una pantalla.

sábado, 23 de mayo de 2015

Os dejo un vídeo que me ha gustado mucho donde muestra la gran aventura que supone ser padre, siempre estamos ahí: para reír, para jugar, para cuidar, para bailar...pero recordad que cada día que pasa en la vida de vuestros pequeños puede ser una oportunidad perdida de pasar una nueva aventura juntos si no estáis a su lado. 

¡Merece la pena!


viernes, 22 de mayo de 2015

10 frases que nunca debemos decir a nuestros hijos

Me ha gustado este artículo donde listan las 10 peores frases que podemos decir a nuestros hijos. 

(Haz click en la imagen para abrirlo)

jueves, 26 de marzo de 2015

Como ser un buen ejemplo para nuestros hijos

Adjunto un enlace con un interesante artículo con consejos para ser un buen ejemplo para nuestros hijos (pincha en la imagen para acceder)

viernes, 13 de marzo de 2015

domingo, 15 de febrero de 2015

Dos velas frente a 50 sombras

No he leído el libro de 50 sombras de Grey, tampoco creo que vaya a ver la película, pero creo que la historia va sobre un tipo que por lo visto tras alguna que otra relación sexual no muy ortodoxa (por decirlo de alguna manera) se queda un poco "pillado" con el tema y necesita cada vez más mantener relaciones de digamos cierta intensidad; en una de estas engatusa a una joven y la inicia en su mundo de fantasías sexuales, dominaciones y búsqueda del placer. 

Que me perdonen los seguidores de la saga si ando descaminado en lo que creo he entendido es el argumento; como ya he dicho no he leído ninguno de los libros ni vista la película y como el tema no me atrae mucho no creo que vaya a hacerlo. Tampoco lo critico abiertamente, para gustos los colores, aunque si alguno tiene interés en conocer mi opinión sobre el tema puede preguntarme por email y encantado le puedo explicar porque entiendo que este tipo de relaciones y esta concepción de la sexualidad no llevan a nada bueno. 

Mi reflexión va por otro lado; y es que me llama poderosamente la atención que se haya asociado tan directamente el estreno de esta película, y la trama de la saga con la celebración del día de los enamorados. A lo mejor ando un poco desfasado, pero entiendo el amor como algo muy distinto a lo que me parece que ocurre en esta película. 

Esta mañana me he despertado y como casi todas las mañanas me he quedado un rato en la cama pensando qué vamos a hacer hoy mientras mis hijos veían los dibujos animados en la tele del salón y mi mujer dormía a mi lado. "Es el día de los enamorados", me he dicho a mí mismo, "habrá que preparar algo especial". Así que he pensado que después de desayunar vamos a ir mis hijos y yo a un centro comercial cercano a comprar unas velas y algo de comida para preparar la cena; y de paso les explico que hoy se celebra el día de los enamorados y que como papá y mamá se quieren tanto vamos a preparar una cena especial para celebrarlo cuando ellos se hayan ido a la cama a dormir; papá preparará la cena y pondrá dos velas en la mesa que muestran el amor que nos tenemos y que ilumina toda nuestra vida, un amor que por cierto no deja de acrecentarse y de crecer cada día que paso al lado de mi maravillosa mujer y que, al menos en nuestro caso, no necesita de "sombras" que lo alimenten.

Algunos afirman que este tipo de películas les ayuda en sus relaciones porque les aumenta la libido y se sienten más atraídos por sus parejas. Yo por mi parte cada día encuentro a mi mujer más irresistiblemente atractiva cuando la veo arropar a nuestros hijos y darles un beso de buenas noches, o cuando la veo hacerse cada vez más fuerte al pasar juntos por las pequeñas pruebas que nos va presentando la vida para que podamos crecer en nuestro amor...en fin igual como os decía antes estoy un poco desfasado pero creo que una cena romántica a la luz de las velas junto con la mujer que sabes va a pasar el resto de la vida (y de la eternidad si me apuras) contigo resulta más romántica que una historia de fantasías y deseos sexuales insatisfechos que poco se asemejan al verdadero amor.

Y por eso yo prefiero DOS VELAS A 50 SOMBRAS.

martes, 10 de febrero de 2015

Educar sin gritos

Interesante artículo que me he encontrado hoy en ABC.es que nos ofrece unas claves para educar a nuestros hijos sin recurrir a los gritos.

Pincha en la imagen para acceder al artículo.


viernes, 30 de enero de 2015

Decálogo para el buen uso de los móviles en nuestros hijos

La asociación Protégeles ha dado a conocer un decálogo con el fin de que muchos padres puedan supervisar adecuadamente el uso que sus hijos hacen de los dispositivos móviles.


El decálogo es sumamente práctico e interesante (en muchos casos los puntos nos los deberemos aplicar nosotros primero):

1. Instale un antivirus. Es tan importante tenerlo en el móvil o la tablet como en el ordenador.

2. Active una contraseña en el terminal para controlar la descarga de aplicaciones o la realización de compras. Sólo usted debe conocer dicha contraseña.

3. Enseñe a sus hijos a cuidar su privacidad poniendo con ellos otra contraseña para desbloquear la pantalla, de tal forma que nadie pueda acceder a los contenidos que ellos tienen en el aparato en caso de pérdida o robo.

4. Controle el tiempo de uso del móvil o tablet. Deben saber cuánto tiempo pueden utilizarlos y en qué horarios. Establezca una diferencia clara entre el uso semanal y de fin de semana.

5. Delimite espacios y momentos en los que no se permita su uso: durante las comidas y las cenas, en reuniones familiares… y no permita su uso en habitaciones con la puerta cerrada como cuartos de baño.

6. Si tienen un perfil en una red social, repase con ellos y con frecuencia tanto el nivel de privacidad como los amigos, contactos o seguidores que tengan.

7. Preste especial atención a las fotos que suben. Acostúmbreles a consultar antes de subir una foto en la que aparezcan ellos mismos, y adviértales sobre la necesidad de respetar la privacidad de los demás no subiendo fotos sin autorización previa de sus padres (obligatorio para los menores de 14 años).

8. Lea con ellos las condiciones de uso y permisos que solicita cada aplicación que quieran descargarse, para que tomen conciencia de los datos e información personal a los que pueden acceder las distintas apps.

9. Explíqueles la importancia de no conectarse a redes wi-fi gratuitas y desconocidas, sin haber verificado antes qué entidad es la responsable de dicha red.


10. Utilice sistemas de control parental que le permitan evitar el acceso a contenidos dañinos e inadecuados.